Qué desgracia ser millenial
en tránsito lento a la eternidad,
arrancando para echar al fuego
las carillas del manual.
Eran ciertos Fukuyama,
Nostradamus, Y2K;
no había nada atrás del Muro,
nos olvidamos de guardar.
Cada hombre es una isla,
ya no habrá posteridad;
somos carne de algoritmo:
una combinación lineal.
Canchereamos con milagros,
nos pinchamos en la mitad;
no pasamos el test de Turing,
fuimos escritos por Ted Chiang.
Viviremos para siempre
en un cielo digital,
moriremos los domingos
cuando caiga us-east-1.
02/05/2023